Alma Sibarita es la historia de dos amantes de la gastronomía buscando cumplir un sueño: llevar a cada mesa los mejores productos gourmet de nuestras tierras.
Y es que si hay algo que es característico de la cultura mediterránea son las reuniones alrededor de la mesa, esta tradición tan nuestra de compartir la comida con quien nos importa.
Estas reuniones que vivimos a diario con quienes compartimos la rutina del día a día y que siguen suponiendo momentos de complicidad, de desconexión, de conocernos más, de querernos mejor.
Pero este momento tan cotidiano se convierte a menudo en algo especial. En nuestra cultura, cuando celebramos algo, lo hacemos alrededor de la mesa, con los mejores manjares. Cuando por fin nos reencontrarnos con esa amistad de la juventud, lo hacemos tomando un café o brindando por los viejos tiempos con una cerveza o una copa de vino. Cuando es nuestro cumpleaños, nos congregamos con quienes más queremos alrededor de la mesa y juntos soplamos las velas.
Las mesas tienen ese poder tan mágico de unir, de festejar, de compartir, de sentir… Y de saborear, de saborear los platos más deliciosos y de saborear los instantes más especiales, porque si hay algo de lo que estamos seguros es de que los mediterráneos vivimos y amamos en torno a nuestra gastronomía y a esa mesa de casa la abuela que aguarda nuestra infancia y nuestra vida entera.
Nuestro sueño en torno a la mesa
Alma Sibarita es la historia de dos amantes de la gastronomía buscando cumplir un sueño: llevar a cada mesa los mejores productos gourmet de nuestras tierras.
Y es que si hay algo que es característico de la cultura mediterránea son las reuniones alrededor de la mesa, esta tradición tan nuestra de compartir la comida con quien nos importa.
Estas reuniones que vivimos a diario con quienes compartimos la rutina del día a día y que siguen suponiendo momentos de complicidad, de desconexión, de conocernos más, de querernos mejor.
Pero este momento tan cotidiano se convierte a menudo en algo especial. En nuestra cultura, cuando celebramos algo, lo hacemos alrededor de la mesa, con los mejores manjares. Cuando por fin nos reencontrarnos con esa amistad de la juventud, lo hacemos tomando un café o brindando por los viejos tiempos con una cerveza o una copa de vino. Cuando es nuestro cumpleaños, nos congregamos con quienes más queremos alrededor de la mesa y juntos soplamos las velas.
Las mesas tienen ese poder tan mágico de unir, de festejar, de compartir, de sentir… Y de saborear, de saborear los platos más deliciosos y de saborear los instantes más especiales, porque si hay algo de lo que estamos seguros es de que los mediterráneos vivimos y amamos en torno a nuestra gastronomía y a esa mesa de casa la abuela que aguarda nuestra infancia y nuestra vida entera.
¿Compartimos mesa?